El barrio de Belgrano ya había abandonado
sus aires venecianos y el domingo brillaba en este pre verano porteño. Debutaba
oficialmente Únicanuez. La banda con Antonio Santa Ana en guitarra, Cecilia
Espósito en bajo, Germán Frers en teclados y Margarita Artusi en percusión y
voz. Cuenta además con las proyecciones de papercut de Natalia Mendez. Cuatro
editores y una psicóloga. Quizás para mantener la cordura.
Para complicarla aún más. Eligieron los
poemas de María Cristina Ramos para transformarlos en música. Un verdadero
desafío, que lograron completamente. Las canciones respetan los ritmos sonoros
de los poemas. Juegan con ellos en las aliteraciones. Y lo más importante; las
melodías transmiten la sensación que dejan en el paladar los poemas: la
maravilla de descubrir, la savia en las plantas y la vida en los animales, un
poco de melancolía y sobre todo alegría, mucha alegría. Lo mismo pasa con las
ilustraciones en vivo de Natalia Mendez, a veces representando el poema –
canción y a veces generando climas de formas y colores.
Inboccaluppo, una hermosa casona, fue el
lugar elegido para el debut. Los viejos tomamos asiento en las mesas del salón.
Los chicos tenían ubicaciones exclusivas sentaditos adelante. Lo disfrutamos un
montón, y ellos más. Bien quietitos, aplaudiendo los estribillos, la pasaron re
bien.
Para los que se quedaron con las ganas o
ahorita se están enterando, Únicanuez tocará durante la noche de las librerías,
el 15 de diciembre. ¡Agendar!
A continuación les dejamos dos poemas completos,
para ir armando el cancionero:
El color de los flamencos
Perdido estaba en el cielo
el color de los flamencos,
y ellos andaban de Blanco
en un lago de silencio.
Lentas patas, largo andar
duda en los ojos abiertos
En el agua se miraban,
con un blanco desconcierto.
De la web de la autora
Abrir la ventana
 |
Imagen pertenece a la presentación de los créditos . |
Correr la cortina,
abrir la ventana,
mirar la amarilla,
flor de la retama.
Subir la escalera,
cruzar la terraza,
buscar la menuda
luz de la torcaza.
Cazar una nube
de sueño que pasa
llenarse de cielo,
volverse a la casa.
En “La luna lleva un silencio”.
María
Cristina Ramos.
Sopa de Libros.
Aique Grupo Editor S. A.