martes, 21 de abril de 2015

DE LA VIÑA EL VINO

Lejos y cerca de la viña el vino, 
nervadura de bálsamo y de trueno, 
hijo de tierra el cielo no es ajeno 
a su beso de ángel peregrino.
Con racimos de sol se ha madurado 
y ha sostenido en tiempo de toneles 
sueños de manos que se hicieron fieles 
al rojo azar de haberse enamorado.
Como el amor su boca nos demora 
y nos depara un bosque en cada hora 
y un paraíso que no ha sido escrito.
Pétalo su cristal, roja su huella, 
nadie ha tocado el fondo de su estrella 
sin rodar en su vértigo infinito.

María Cristina Ramos. 
Neuquén, 14 de septiembre de 1993.